La mayor obrera dela tierra esta desapareciendo. Albert Einstein comentó una vez que sin las abejas el hombre no viviría más de 4 años. Bien es una afirmación algo agresiva y desesperanzadora. Pero sin la mayor obrera del planeta el mecanismo de polinización de tantísimas plantas se vería afectado, podría provocar la extinción de estas abejas podrían desaparecer, también, más de 130 tipos de cultivos, en especial, nogales, frutales, vegetales y gran parte de la flora salvaje. no está plenamente demostrada la causa de esta disminución, aunque las sospechas más generalizadas apuntan a pesticidas que son de uso habitual en todas partes.
La población de abejas está en vertiginoso descenso desde 2006 en Estados Unidos y Europa hasta tal punto que se acuñó el término“Desorden de Colapso de Colonias” (CCD por sus siglas en inglés,Colony Collapse Disorder) para describir este extraño fenómeno en el que las colonias de abejas desaparecen abruptamente. A raíz de este problema se prohibió oficialmente en la Unión de Europea el uso de tres pesticidas neonicotinoides señalados como posible causa.
La población de abejas está en vertiginoso descenso desde 2006 en Estados Unidos y Europa hasta tal punto que se acuñó el término“Desorden de Colapso de Colonias” (CCD por sus siglas en inglés,Colony Collapse Disorder) para describir este extraño fenómeno en el que las colonias de abejas desaparecen abruptamente. A raíz de este problema se prohibió oficialmente en la Unión de Europea el uso de tres pesticidas neonicotinoides señalados como posible causa.
Es posible que sea un plan premeditado de la Corporación asesina de Montsanto, porque desde 2009 esta trabajando para crear abejas robóticas para apoderarse y vender los servicios de las nuevas revividas abejas robóticas.
Como siempre volvemos a pedir un esfuerzo de conciencia, quiza, mejor dicho con toda probabilidad, la desaparición de las abejas no nos repercuta en la vida diaria debido a todo el asqueroso fenómeno de los productos transgénicos, pero ciertamente la perdida de biodiversidad podría llegar a ser muy preocupante. La perdida de biodiversidad afectaría primero a la flora, llevándose tras de si a gran parte de la fauna y de los insectos. Por favor, este no es un post de información, es un post de conciencia y acción. Porque nosotros también podemos ayudar a estas pequeñas trabajadoras. ¿Como? siga leyendo
Como siempre volvemos a pedir un esfuerzo de conciencia, quiza, mejor dicho con toda probabilidad, la desaparición de las abejas no nos repercuta en la vida diaria debido a todo el asqueroso fenómeno de los productos transgénicos, pero ciertamente la perdida de biodiversidad podría llegar a ser muy preocupante. La perdida de biodiversidad afectaría primero a la flora, llevándose tras de si a gran parte de la fauna y de los insectos. Por favor, este no es un post de información, es un post de conciencia y acción. Porque nosotros también podemos ayudar a estas pequeñas trabajadoras. ¿Como? siga leyendo
Una de las mejores formas de ayudar a las abejas, y a nosotros mismos, pues dependemos esencialmente de ellas para que polinicen nuestros cultivos, es traerlas a nuestras casas e incluirlas en nuestro entorno. En Nueva York hace tiempo que se puso de moda la apicultura en tejados y terrazas formando toda una subcultura urbana de los llamados“beekeepers”.
En numerosas ciudades, entre ellas París, Londres, Nueva York y San Francisco, aumentan cada año el número de apicultores urbanos. Las azoteas ya no solo se llenan de jardines y huertos, sino también de colonias de abejas. Elapicultor en la azotea ha descubierto que la miel urbana es rica e intensa, debido principalmente a que las abejas se benefician de la mayor variedad de especies de plantas con flores, al haber una mayor concentración de jardines, públicos y privados.
La proliferación de apicultores urbanos trae consigo también la aparición de cursos donde se puede aprender la jerarquía y el mantenimiento de las colonias; a manejar las colmenas y mantener su salud. También enseñan a recolectar la materia prima que les proporcionan las abejas: propóleos, polen y miel. Y por último, a procesar esa materia prima para obtener productos rentables. Incluso en los cursos enseñan todo lo que se refiere al empaquetado, conservación y distribución, en caso de que se quiera comercializar.
Dentro de esa corriente a favor de la apicultura urbana, se acaba de publicar un libro (inglés) The Rooftop Beekeeper que estará disponible a partir de febrero de 2014.
Que la pérdida de población de las abejas es alarmante los sabemos todos. Las causas, parece ser que también. La forma de frenar ese preocupante descenso tiene muchas alternativas y todas las que puedan estar en nuestras manos, por pequeñas que parezcan, tenemos que exprimirlas.
En numerosas ciudades, entre ellas París, Londres, Nueva York y San Francisco, aumentan cada año el número de apicultores urbanos. Las azoteas ya no solo se llenan de jardines y huertos, sino también de colonias de abejas. Elapicultor en la azotea ha descubierto que la miel urbana es rica e intensa, debido principalmente a que las abejas se benefician de la mayor variedad de especies de plantas con flores, al haber una mayor concentración de jardines, públicos y privados.
La proliferación de apicultores urbanos trae consigo también la aparición de cursos donde se puede aprender la jerarquía y el mantenimiento de las colonias; a manejar las colmenas y mantener su salud. También enseñan a recolectar la materia prima que les proporcionan las abejas: propóleos, polen y miel. Y por último, a procesar esa materia prima para obtener productos rentables. Incluso en los cursos enseñan todo lo que se refiere al empaquetado, conservación y distribución, en caso de que se quiera comercializar.
Dentro de esa corriente a favor de la apicultura urbana, se acaba de publicar un libro (inglés) The Rooftop Beekeeper que estará disponible a partir de febrero de 2014.
Que la pérdida de población de las abejas es alarmante los sabemos todos. Las causas, parece ser que también. La forma de frenar ese preocupante descenso tiene muchas alternativas y todas las que puedan estar en nuestras manos, por pequeñas que parezcan, tenemos que exprimirlas.
Este plan de Monsanto obedece a la marcada toxicidad de los pesticidas utilizados en sus campos de cultivo, los cuales desde mediados de los años de 1990 han provocado una disminución general tanto del bienestar como de la población de la biodiversidad, con especial impacto en las abejas.
Según el medio Ecoosfera científicos alertan que el mundo moderno enfrenta una grave catástrofe medioambiental y uno de los indicadores importantes del fenómeno es la dramática extinción de las abejas, que desempeñan la importante tarea de la polinización. Entre las causas del descenso de las poblaciones de abejas figura las prácticas agresivas de la agricultura moderna industrial, indican.
Y en este drama de la muerte de abejas irrumpe el polémico consorcio Monsanto, acusado repetidamente por activistas de tener políticas agresivas que matan a estos insectos. En Monsanto no descartan la posibilidad de que en un futuro próximo lancen colonias enteras de abejas robóticas que polonizarán sus cultivos transgénicos.
Según el medio Ecoosfera científicos alertan que el mundo moderno enfrenta una grave catástrofe medioambiental y uno de los indicadores importantes del fenómeno es la dramática extinción de las abejas, que desempeñan la importante tarea de la polinización. Entre las causas del descenso de las poblaciones de abejas figura las prácticas agresivas de la agricultura moderna industrial, indican.
Y en este drama de la muerte de abejas irrumpe el polémico consorcio Monsanto, acusado repetidamente por activistas de tener políticas agresivas que matan a estos insectos. En Monsanto no descartan la posibilidad de que en un futuro próximo lancen colonias enteras de abejas robóticas que polonizarán sus cultivos transgénicos.
Monsanto estudia la posibilidad de utilizar abejas robóticas para polinizar cultivos transgénicos. Los avances en robótica hacen posible esta descabellada idea, al generar sistemas de coordinación que imiten el comportamiento real de estos insectos. El desarrollo corre a cargo de la Universidad de Harvard, en su proyecto de micro vehículos aéreos el cual trabaja desde 2009.
Las abejas robóticas están hechas de titanio y plástico, en tamaño real. Según los desarrolladores estas micro máquinas se pueden programar para imitar la biomecánica y organización social de los insectos. Es una colonia mecánica capaz de polinizar plantas. En caso de que Monsanto adopte esta tecnología, podría acelerarla la producción de sus cultivos transgénicos en específico. Pero, ¿qué pasaría con las abejas reales?
Las abejas robóticas están hechas de titanio y plástico, en tamaño real. Según los desarrolladores estas micro máquinas se pueden programar para imitar la biomecánica y organización social de los insectos. Es una colonia mecánica capaz de polinizar plantas. En caso de que Monsanto adopte esta tecnología, podría acelerarla la producción de sus cultivos transgénicos en específico. Pero, ¿qué pasaría con las abejas reales?
Conocemos los antecedentes de Monsanto. Al cultivar una semilla Monsanto se deben seguir varios lineamientos; entre ellos, el uso de ciertos productos, pesticidas y herbicidas responsables de daños directos a la biodiversidad; de manera secundaria, de contaminar nuestros alimentos. De llegarse a implementar las abejas robóticas se garantiza la polinización de estos cultivos genéticamente modificados, con lo justificaría el uso de químicos. Mientras tanto las abejas reales se verían afectadas porque no hay barrera que detenga la polinización natural. Por más abejas robot que existan, nada será comparado con la sabiduría de la madre naturaleza. Además de ser clave para la polinización, las abejas ofrecen insumos que, evidentemente, las máquinas no podrán imitar. Producen miel, polen, propóleos, cera y jalea real, productos de alta calidad nutrimental y terapéutica. Entonces, Monsanto, ¿qué hay detrás de las abejas robóticas? | |
Según la EPA, (en una investigación realizada hace poco mas de 5 años) esta perdida de población, se debe a una confluencia de factores: la acción de un parásito llamado 'varroa mite'; nuevas enfermedades como el virus llamado 'Israeli Acute Paralysis virus' (IAPV); el uso de pesticidas y plaguicidas aplicado a los cultivos agrícolas o incluso mayor estrés inmunológico debido a una combinación de todos estos factores.
Un equipo de investigación español el Centro Regional Apícola de Marchamalo, en Guadalajara, que depende de la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha, ha detectado recientemente al parásito 'Nosema ceranae' como causa fundamental del síndrome de despoblamiento masivo. Se trata de un parásito de origen asiático que no sólo está incidiendo en la despoblación, sino también en el descenso de la producción de las colmenas.
En el 'Programa Nacional de Medidas de Ayuda a la Apicultura 2008-2010', del Ministerio de Agricultura, se establece la mortalidad de abejas en España en un 25% (con picos de hasta el 40%) debido a múltiples y complejas causas, que además de las mencionadas, apuntan a los incendios que han arrasado numerosas regiones de nuestro país y a factores climatológicos adversos, como las sequías de los últimos años, que han modificado los calendarios de floración de nuestras plantas. Este programa establece las líneas de investigación y acción para lograr un establecimiento y recuperación de las poblaciones de abejas en España.
Recientemente, en los últimos meses científicos australianos colocarán sensores en unas 5.000 abejas productoras de miel para estudiar su comportamiento y entender las causas del declive de su población, informaron hoy medios locales.
El proyecto de la Organización para la Investigación Industrial y Científica de la Mancomunidad de Australia (CSIRO) y la Universidad de Tasmania requiere el afeitado de cada abeja para poder colocarle el sensor que busca contribuir a mejorar la producción de miel.
El jefe del proyecto, Paulo de Souza, dijo que colocarán cada abeja en un lugar frío, a unos cinco grados bajo cero, para dormir al insecto antes de colocarle el sensor y que emprenda el vuelo.
"La diferencia aquí radica en el tamaño del sensor y en el número" de ejemplares, dijo el científico a la cadena ABC al detallar el complejo trabajo que su equipo realizará en la isla de Tasmania.
Los sensores, que miden 2,5 por 2,5 milímetros y supone un 20 por ciento del peso que suele cargar una abeja, actúan como un etiquetado electrónico que registra su paso por un determinado puesto de control.
"Las abejas cargan un montón de peso en polen, néctar y el cargar este sensor es como si alguien tuviera una mochila pequeña sobre la espalda", explicó De Souza.
Los datos obtenidos ayudarán a los científicos a entender cómo se mueven las abejas en un espacio y los cambios en su comportamiento, así como a evaluar el impacto de los pesticidas y desvelar las claves del declive de la población de estos insectos en todo el mundo.
"Nos ayudará a entender las condiciones óptimas de productividad y a conocer mejor las causas del problema del colapso de las colonias" que afecta a las abejas desde hace casi tres lustros, indicó el científico.
Las abejas suelen alejarse unos 700 metros de su colmena, pero siempre retornan al lugar de origen, lo que facilita el trabajo de control a través de los sensores, que los científicos ya esperan reducir de tamaño para estudiar a las moscas de fruta y los mosquitos.
Un equipo de investigación español el Centro Regional Apícola de Marchamalo, en Guadalajara, que depende de la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha, ha detectado recientemente al parásito 'Nosema ceranae' como causa fundamental del síndrome de despoblamiento masivo. Se trata de un parásito de origen asiático que no sólo está incidiendo en la despoblación, sino también en el descenso de la producción de las colmenas.
En el 'Programa Nacional de Medidas de Ayuda a la Apicultura 2008-2010', del Ministerio de Agricultura, se establece la mortalidad de abejas en España en un 25% (con picos de hasta el 40%) debido a múltiples y complejas causas, que además de las mencionadas, apuntan a los incendios que han arrasado numerosas regiones de nuestro país y a factores climatológicos adversos, como las sequías de los últimos años, que han modificado los calendarios de floración de nuestras plantas. Este programa establece las líneas de investigación y acción para lograr un establecimiento y recuperación de las poblaciones de abejas en España.
Recientemente, en los últimos meses científicos australianos colocarán sensores en unas 5.000 abejas productoras de miel para estudiar su comportamiento y entender las causas del declive de su población, informaron hoy medios locales.
El proyecto de la Organización para la Investigación Industrial y Científica de la Mancomunidad de Australia (CSIRO) y la Universidad de Tasmania requiere el afeitado de cada abeja para poder colocarle el sensor que busca contribuir a mejorar la producción de miel.
El jefe del proyecto, Paulo de Souza, dijo que colocarán cada abeja en un lugar frío, a unos cinco grados bajo cero, para dormir al insecto antes de colocarle el sensor y que emprenda el vuelo.
"La diferencia aquí radica en el tamaño del sensor y en el número" de ejemplares, dijo el científico a la cadena ABC al detallar el complejo trabajo que su equipo realizará en la isla de Tasmania.
Los sensores, que miden 2,5 por 2,5 milímetros y supone un 20 por ciento del peso que suele cargar una abeja, actúan como un etiquetado electrónico que registra su paso por un determinado puesto de control.
"Las abejas cargan un montón de peso en polen, néctar y el cargar este sensor es como si alguien tuviera una mochila pequeña sobre la espalda", explicó De Souza.
Los datos obtenidos ayudarán a los científicos a entender cómo se mueven las abejas en un espacio y los cambios en su comportamiento, así como a evaluar el impacto de los pesticidas y desvelar las claves del declive de la población de estos insectos en todo el mundo.
"Nos ayudará a entender las condiciones óptimas de productividad y a conocer mejor las causas del problema del colapso de las colonias" que afecta a las abejas desde hace casi tres lustros, indicó el científico.
Las abejas suelen alejarse unos 700 metros de su colmena, pero siempre retornan al lugar de origen, lo que facilita el trabajo de control a través de los sensores, que los científicos ya esperan reducir de tamaño para estudiar a las moscas de fruta y los mosquitos.
Desde finales de los años 90, y como indica Greenpeace, se ha observado un declive muy importante de la población de abejas, llegando al estado critico en 2006, a causa tanto de los cultivos transgénicos como del uso de plaguicidas químicos que las matan. ¿Si las abejas desaparecen quien polinizará los cultivos?
Los defensores de los transgénicos afirman que estos reducen el uso de pesticidas químicos. Nada más lejos de la realidad. El maíz Bt, por ejemplo, al desprender por si mismo una toxina que acaba con determinados gusanos se convierte en, lo que algunos autores llaman, un “maíz insecticida”. Evidentemente, no se debe de aplicar un pesticida a dicho cultivo porqué la misma planta ya lo desprende las 24 horas del día. A parte hay que contar, como señala GRAIN, las resistencias que los gusanos pueden generar con tantas toxinas en estos monocultivos y la aparición, en consecuencia, de plagas secundarias que necesitan ser tratadas con más productos químicos.
Lo mismo sucede con los transgénicos tolerantes a herbicidas, que incorporan un gen que permite fumigarlos con un solo herbicida, de tal modo que la planta, al ser resistente al mismo, no se ve afectada a diferencia de todo aquello que la rodea. El herbicida más utilizado es el Roundup de la multinacional Monsanto, y su compuesto principal el glifosato. La extensión a gran escala de estos cultivos, en particular la producción de soja transgénica a nivel mundial, ha implicado un mayor uso de estos herbicidas. En Argentina, por ejemplo, treinta años atrás el cultivo de soja era casi inexistente, actualmente, en cambio, más de las mitad de sus tierras agrícolas son monocultivos sojeros. Si en 1995, se utilizaban ocho millones de litros de glifosato para dichos campos, hoy suman más de 200 millones, según GRAIN. Saquen cuentas. A parte, la extensión masiva de este cultivo ha generado la aparición de casi dos docenas de plantas resistentes a estos herbicidas. Lo que ha obligado a usar más agrotóxicos para combatirlas. El caso de Estados Unidos, como indica GRAIN, lo deja claro: los agricultores que, en 2011, cultivaron sus campos con semillas transgénicas necesitaron un 24% más de herbicidas, para combatir las “malas hierbas” resistentes al mismo, que quienes sembraron cultivos convencionales.
Los defensores de los transgénicos afirman que estos reducen el uso de pesticidas químicos. Nada más lejos de la realidad. El maíz Bt, por ejemplo, al desprender por si mismo una toxina que acaba con determinados gusanos se convierte en, lo que algunos autores llaman, un “maíz insecticida”. Evidentemente, no se debe de aplicar un pesticida a dicho cultivo porqué la misma planta ya lo desprende las 24 horas del día. A parte hay que contar, como señala GRAIN, las resistencias que los gusanos pueden generar con tantas toxinas en estos monocultivos y la aparición, en consecuencia, de plagas secundarias que necesitan ser tratadas con más productos químicos.
Lo mismo sucede con los transgénicos tolerantes a herbicidas, que incorporan un gen que permite fumigarlos con un solo herbicida, de tal modo que la planta, al ser resistente al mismo, no se ve afectada a diferencia de todo aquello que la rodea. El herbicida más utilizado es el Roundup de la multinacional Monsanto, y su compuesto principal el glifosato. La extensión a gran escala de estos cultivos, en particular la producción de soja transgénica a nivel mundial, ha implicado un mayor uso de estos herbicidas. En Argentina, por ejemplo, treinta años atrás el cultivo de soja era casi inexistente, actualmente, en cambio, más de las mitad de sus tierras agrícolas son monocultivos sojeros. Si en 1995, se utilizaban ocho millones de litros de glifosato para dichos campos, hoy suman más de 200 millones, según GRAIN. Saquen cuentas. A parte, la extensión masiva de este cultivo ha generado la aparición de casi dos docenas de plantas resistentes a estos herbicidas. Lo que ha obligado a usar más agrotóxicos para combatirlas. El caso de Estados Unidos, como indica GRAIN, lo deja claro: los agricultores que, en 2011, cultivaron sus campos con semillas transgénicas necesitaron un 24% más de herbicidas, para combatir las “malas hierbas” resistentes al mismo, que quienes sembraron cultivos convencionales.
Fuentes:
http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/5096935/abejas-con-sensores-para-entender-por-que-estan-desapareciendo#Ttt1LrQypfgWTMBH
http://evolucionverde.es/el-complemento-perfecto-a-los-huertos-de-ciudad-las-colmenas-urbanas/
http://www.elblogdelatabla.com/2013/11/the-rooftop-beekeeper-el-apicultor-en.html
http://www.ifeelmaps.com/blog/2014/03/esther-vivas-1
http://associaciosalutiagroecologia.wordpress.com/2013/08/25/monsanto-mata-abejas-con-agrotoxicos-y-las-reemplazarlas-por-robots/